La carrera de la vida al final es solo contra uno mismo

Desde hace tiempo, se me advirtió que un sueño no tenía por qué ser inalcanzable; pero que para ello había que luchar de forma firme y decidida por muy malos que fueran los obstáculos.
Consciente de ello, emprendí mi viaje. No niego que los primeros "pasos" fueran los más indecisos de toda mi vida, pero también los más gratificantes cuando valoro lo importante que fue ese comienzo.

La lucha por la felicidad sigue su curso, aun no he alcanzado mi meta; pero aunque he decaído una y mil veces, un sentimiento de esperanza que ni yo sé describir concretamente, hace que las fuerzas surjan de los más recónditos lugares.
Sé que queda mucho camino por "recorrer", pero también sé que cada día que pasa, un ápice de fuerza, experiencia y valor se suma a lo ya conseguido.

Puede (es más, estoy seguro de ello) que vuelva a hundirme en mis desoladores pensamientos negativos, pero por otro lado, también se que volveré a levantarme.
Nada me decepcionaría más que fallar a esa gente que ha apostado por mi victoria en todo momento, y sobre todo, fallarme a mí mismo después de todo lo pasado.


Hoy en día, cada tanto, me siento frente al espejo, y al mirar mi reflejo se me desprende una sonrisa al ver la transformación de aquel niño que era, en el hombre que soy hoy...y el camino que recorro para ser aquel hombre de mañana...ese que quiero ser...

Porque después de todo… la carrera de la vida al final es solo contra uno mismo…