lunes, 18 de noviembre de 2019

Abandono



A todos nos abandonaron un día...
Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario.
Traumático?...seguramente...
A veces incluso puede ser más simple...
Pero duele igual.

A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo...
En el inicio de un proyecto...
En el placer del logro cumplido...
En el momento menos pensado...
En el momento más esperado...

A veces pasa, que te das vuelta y no tenés quien te junte los mocos, quien te dé la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al piso...

Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos...
Porque todos fuimos abandonados un día.

Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.

Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos...
El otro que corre y corre como un loco para ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho...
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante...
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre...o por lo menos, no ese...
Pibes que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas...
El otro se pone a jugar lo que no tiene...
Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante...
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro...

Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos...

Porque todo eso que te comés, te come a vos...
Te pone peor...
Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino...
Que no es lo que querés...

No comés así por hambre...
No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos...
No te intoxicás por placer...
No te acostás con esa persona por amor...
Tapás...
Escondés...
Tirás abajo de la alfombra...
Cerrás los ojos...
Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón...

Date cuenta..
Te estás comiendo a vos...
Y quizás, el secreto esté en frenar...
En sentir...
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar...

Amor...

Quizá sea hora de pedir ese abrazo...
De acostarte en las rodillas de tu mamá...
De poner la pava y llamar diciendo, "sí, te juro que te necesito"...
Es ahora...después no...ahora...

Andá a esa casa...
Hablá con quién te escucha...
Llorá...
Gritá...
Decí...
Vomitá...
Pedí...
Da...

Ahora...

Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado...
Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita...
Y las curitas no curan...
Las curitas tapan...
Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado...

Pará un poquito...
Mirá en el espejo de tu alma...
Frená...
Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar...
Pero de verdad...

No revolotees como mosca en platos vacíos...
Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés...

Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo...
Con eso no se juega...
No tenés derecho...




martes, 12 de noviembre de 2019

Pensalo bien superhéroe



Dar, a veces duele un montón...
Son esas veces que uno da para ser necesitado...
Da de más...
Da en exceso...
Da con intenciones de recibir algo a cambio...
Da para algo...

Esa gente que da tanto, cargándose cruces que no le pertenecen, ofreciéndose en cuerpo y alma para salvar al otro, para rescatar al otro, para curar al otro, da por miedo...
Miedo a que si no da, el otro no lo quiera...
Y si no lo quiere, el abandono acecha fuerte y con violencia la puerta de su casa...

Entonces uno da, cubriendo todos los espacios y urgencias del otro...
Se postula como imprescindible...
Como necesario...
Como indispensable...
Como el oxígeno para que pueda respirar...

Y el otro acepta...Claro que acepta...
Porque le resuelve...
Le sirve...
Le facilita...

A veces agradece...
Pero no pudiendo devolver semejante saldo, un día se planta frente a la banca y dice que se retira...
Sabe que no puede pagar esa cuenta...
Esa deuda que ni siquiera generó...

Un poco enojado y agotado, agobiado de ser rescatado, sin haberlo pedido, se saca de encima semejante presión con un simple basta...Se terminó...Yo nunca te pedí nada...

Y nuestro héroe del cuento, que en realidad, era una persona más, necesitando de amor, regresa con sus manos vacías...
Sin pena ni gloria...tragándose los sueños que fue ideando para decorarle el jardín al otro, sacando las cuentas para ver qué hueco le faltó cubrir, para que la otra persona no lo deje...

El héroe se equivoca...
Y si sigue dando, y dando y dando, siempre va a ser el hombre bueno, necesitado por todos, pero amado por ninguno...

Amar no es necesitar, superhéroe...
No tenes que dar nada...
Tenés que ser...Tan simple como Ser...

Porque a la gente, se la ama por lo que es y se la necesita por lo que da...
Y cuando uno deja de tener sed ya no necesita más nada...

Pensalo bien, superhéroe...
Que ser necesitado no tiene nada que ver, con ser amado...
Nada.



sábado, 9 de noviembre de 2019

Six feet under


Our love is six feet under and I can't help but wonder...

If our grave was watered by the rain, w
ould roses bloom?...

Could roses bloom a
gain?...