El Papa Noel de chichos...El Papa Noel de grandes...

Supongo que todos de chicos hemos creído en Papá Noel...No?

Por lo menos yo recuerdo que había pocas cosas tan lindas, tan motivadoras, tan alegres como esperar que esa noche nuestros padres, tíos y abuelos nos llevaran a un lugar apartado porque “Papá Noel estaba llegando”...

Y cuando volvíamos el árbol estaba lleno de regalos para todos...
Un momento mágico, irrepetible, de esos momentos que hacen que valga la pena vivir...

Hasta que un día, un amiguito o compañerito de jardín o de colegio nos viene a decir la pelotudez esa de que Papá Noel y los reyes son los padres....
Si será forro!!!…
Si mis padres me aseguraron que existía…y me trajo regalos todas las navidades...
Que pendejo pelotudo!!!…
Si hasta tengo varias fotos con Papá Noel en Unicenter...

Pero después los IDQ-PNNE (indicadores de que Papá Noel no existe) se empiezan a incrementar y vamos a preguntarle a nuestros padres, quienes con carita de perro que volteó la olla nos cantan la posta...

En una primera instancia nos invade una tristeza...
Una angustia...
Un “la puta madre, como puede ser”...
Y a medida que va pasando el tiempo vamos haciendo memoria y decimos: “Que boluuuuuuu!! Como no me di cuenta!!”...

¿Cómo no me di cuenta que el tipo no podía estar en todos lados a la misma hora?...
¿Cómo no me di cuenta que regalos para todo el mundo no entran en un trineo?...
¿Cómo no pensé que nadie podría empilcharse así en Argentina en pleno diciembre?...
¿Cómo pude ser tan pelotudo de creer que los renos vuelan?...
¿Para qué mis familiares me iban a llevar a otro lado justo en el momento en que tenía la oportunidad de ver a Papá Noel?...
¿Cómo no me apiolé que cuando pedía un regalo muy caro mis viejos me sacaban la roja, si ellos no lo pagaban?...

Por eso los “Cómo puede ser” de un principio, se transformaron en “que boludo fui”...

Y ahora, ya de grande, pienso que no fui boludo...
Simplemente fui confiado, fui inexperto, fui inocente como todo nene que no espera una mentira y menos de las personas en quien más confía y que más quiere...

Y lo mejor de todo: “lo disfruté”...
Disfruté cada noche buena...cada previa...cada “carta”...cada foto con Papá Noel...
Disfruté de cada regalo...de cada sorpresa...de cada arbolito...disfruté de la adrenalina de pensar: “ya llega Papa Noel…está en el living dejando los regalos…”

Y eso…¿Quién me lo quita?...

Y si bien me provocó mucha desilusión enterarme de que lo que creía que era, no era…también esa experiencia me hizo crecer...
No tenía sentido quedarme encaprichado diciendo “pero no puede ser…si me trajo lo que le pedí en la carta…si me saqué fotos con él…si mientras me sacaba la foto me dijo que…”.
Indudablemente Papá Noel no era lo que yo creía que era...era otra cosa...era una leyenda…una tradición…una forma de darle alegría a los chicos aprovechando su ingenuidad...

Y ahora que recuerdo, el sentimiento de enterarme de la verdad también vino acompañado de un sentimiento de: “ahora soy grande”…
”Ahora tengo una ventaja sobre los nenes que creen en Papá Noel”… 
En la próxima navidad, mi tío no me jode, porque le voy a decir “tío…dale…no me tomes por boludo”...

En resumen, no estuvo mal descubrir que las cosas no eran como yo creía…o mejor dicho, como me habían hecho creer, pero tampoco estuvo para nada mal disfrutar esos momentos...y luego crecer...

Por eso hoy se me ocurre decirles a todos los que este año se sintieron defraudados o engañados…a todos los que invirtieron en ilusiones…a todos los que aun se preguntan “por que”...y a todos los que sienten que “no vieron” cosas evidentes, que están creciendo…que están ganando experiencia…y que una verdad aunque sea dolorosa, vale siempre más que una mentira placentera...

Y que a diferencia de Papá Noel, la ilusión que ustedes tienen, SI existe…y en algún lugar los está esperando...
Sigan el camino de sus sueños confiando en su corazon!...

¡¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!!!