Ya no tengo paciencia
para algunas cosas…
No porque me haya
vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que
no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere…
No tengo paciencia
para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza…
Perdí la voluntad de
agradar a quien no agrado, de amar a quien no ama y de sonreir a quien no quiere sonreirme...
Ya no dedico un minuto a quién miente o quiere manipular…
Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía,
deshonestidad y elogios baratos…
No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez
académica…
No me ajusto más con la barriada o el chusmerío…
No soporto conflictos y comparaciones…
Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de
carácter rígido e inflexible…
En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición…
No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar…
Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien
no gusta de los animales…
Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no
merece mi paciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario