viernes, 21 de junio de 2013

La confesión de mi hijo...

Tengo esta nota guardada hace años... sacada de la revista del diario La Nación en el 2005. 
Ojalá, algún día, sea yo el que pueda estar relatando esa misma situación...
Ahí va!!!...veamos que les provoca también a ustedes... 



Tiene trece años, corazón de gigante, un alma bondadosa que no cabe en ese cuerpo que no termina de crecer y una mirada transparente que emociona...me roba besos y abrazos desde que nació...la tranquilidad desde que dio su primer berrido y calzoncillos desde hace unos años...
Hace mucho me inició en mi mejor aventura, la de ser padre, y ayer, a las dos de la mañana, sábado de invierno en Buenos Aires, me convirtió en guardián de su mejor secreto, ese que no se animaba a contarle a persona alguna en la Tierra y que, cuando se lo pregunté, asintió casi imperceptiblemente, entrecerró los ojos y dejó salir un suspiro que hubiese tumbado un rascacielos si estuviera cerca... 
He guardado muchos secretos en mi vida, ajenos y propios (si, claro, los voy a revelar justo acá...), pero ninguno como éste...ninguno tan grande...ninguno tan trascendental...ninguno tan emocionante...y eso que llevo más de dos décadas en esto de andar viviendo en lugares repletos de secretos, de esos que pueden hacer temblar a más de un gobierno. 

Voy a ser directo...mientras escribo esto, sé desde hace exactamente 18 horas y 45 minutos quién es la chica que le gusta a mi hijo...quién le puso más luz a sus ojos enormes...
Sí, sí, sí...Ya sé que todos pasaron por lo mismo, que ahora más de uno debe estar pensando ''este tipo enloqueció''...''le agarró la sensibilidad de los cuarenta''...y frases de circunstancia por el estilo, ante la reacción de un pobre padre medio gagá y todavía conmovido por un hijo enorme, pero chiquito, que empieza a saber que el corazón tiene una función mucho más importante que la de llevar la sangre a todo el cuerpo...

Pero a todos los padres maduros les recuerdo aquel momento único y mágico en que el hijo les contó algo así...el primer beso...la primera caricia...el primer temblor en el alma...la primera mirada que nunca llegaba a destino aunque uno hacía fuerza y más fuerza para que la interesada le clavase la vista...
Ese momento único e increíble lo reviví anoche...
Ese abrirse y confiar como sólo un hijo enamorado y un padre emocionado pueden hacerlo una fría madrugada en Buenos Aires...
Y a los que aún no lo vivieron, prepárense, que nadie está a salvo de ver como crecen y toman vida propia...
Eso sí, ni bajo tortura puedo contarles lo que sé...ni revelar el nombre que mi hijo no quiere que nadie sepa: el de esa cretina que lo puede hacer llorar, el de ese embrión de mujer que lo puede hacer feliz... 

Y?...se imaginaron a solas con su hijo en unos años?...
Yo si...




3 comentarios:

  1. confieso tener unas ganas de ser padre que crecen dia a dia ya desde hace un tiempo atras...
    =)

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  2. y si pasa al revez?
    si viene la nena a contarte lo mismo?
    ahi te quiero ver eh!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    celoson!

    =P

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    Respuestas
    1. Mmmmmmmmmmmmmmmmmm.....(golpe bajo!)
      Le pediria permiso a la mama, y luego ejecutaria al maldito demonio..
      JUMMMMM!!!!

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