Les voy a decir la verdad...
No quería irme.
Sí, sabía que no me convenía...
Sabía que no me merecía...
Lo veía...
Lo entendía...
No era el miedo lo que me retenía...
No...
Tampoco creía que sin ella no podría seguir...
No era el qué dirán...
Ni el dinero...
Ni la casa...
Ni los recuerdos...
Ni siquiera la soledad...
Era yo...
Yo no quería dejarla...
Era yo quien no quería dejarla...
No quería irme...
Y no era miedo a empezar de cero...
(sé muy bien que puedo hacerlo)
No tengo miedo a reinventarme...a caer...a levantarme...
(lo he hecho antes, y esa no era la razón)
Ni siquiera era lo que los demás pudieran decir de mí...
(porque eso hace tiempo dejó de importarme)
No es que no supiera que seguir significaba seguir sufriendo...
Lo sabía...
Lo tenía claro...
Era yo quien no quería soltarla...
No quería...
Pero cuando uno no quiere dejar, siempre encuentra una excusa...una razón para aguantar...para no soltar...
¿Y saben qué?...yo no quise...
Y no era incapacidad...
No era dependencia...
No era debilidad...
Era que, a veces, uno decide no irse...
Porque a veces uno no se va...
No porque no pueda...
Sino porque no quiere...
Y cuando uno no quiere...
Y cuando el corazón se aferra...
No hay fuerza...
Ni consejo...
Ni evidencia que te mueva...
(Yo no quería viejo!!!)
Y tampoco era porque pensara que no podría seguir sin ella...
Podría...(claro que podría)
Pero no quise...
Yo no quise...
No quise...
No quería irme...
No quería soltarla...
No quise soltar su mano...
Y la seguía eligiendo aunque me destruía...
La seguía eligiendo aunque supiera que no quedaba nada por salvar...
«Puede mejorar»,
«Aún hay tiempo».
Pero en el fondo, lo sabía...
Lo sabía...
Les voy a decir la verdad...
No quería irme...
No era el miedo lo que me retenía...
No era que no pudiera vivir sin ella...
Era yo...
Así es esto...
A veces uno se queda por amor...
Y otras veces, uno se queda por amor con una pizca de terquedad....
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