De cuando en cuando salgo
y, con astío, me siento
tras un disturbio sexual
tan poco sensual.
Y es mi respiración entrecortada,
ansiedad de buscar y no ver nada
que añora regresar
a primaveras pasadas.
Distracción, fascinación,
avidez de entretenimiento
así es como escapo
a mi propio misterio.
Y camino como un zombie por la avenida,
acelerado, aturdido,
tras un tesoro que,
me llevó media vida.
Cuando puedo me la creo y ensayo
una sonrisa frente al espejo
aunque en la calle es
un talismán obsoleto.
Y buceo en el absismo de mi mismo
y me miro disminuído por un prisma...
Sigo buscando, en un imperio, caridad
y solo hay almas mesquinas.
¿Dónde habrá luz en la cuidad capaz de iluminar mis sombras?.
¿Qué habrá detrás de tanta crueldad?
¿Podrán desactivar las bombas?
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