Ahí tenías
lo que querías arriba de la mesa...servido y en bandeja…
Mejor de lo
que lo soñaste y lo deseaste alguna vez…
Lo querías….
Lo fuiste a
buscar a capa y espada, y lo tuviste de cara por un buen rato…
El rato
suficiente para hacerlo pelota y destruir lo que vos mismo saliste a buscar…
Tan hermoso
era que no te lo aguantaste…no sabías ni cómo se agarraba…
No pudiste
cuidarlo de tu propia torpeza…de tu incapacidad de vivir algo distinto…
La vida te
tiró otro mazo de cartas diferentes…impecables…
Te llenaste de mil excusas y te retiraste antes de jugar…
Te llenaste de mil excusas y te retiraste antes de jugar…
No te
animaste a más…no te animaste a ser feliz…
No pudiste
abrazar algo distinto…no supiste como hacerlo, y te quedó más cómodo
estrellarlo contra una pared…
Lástima y
dolor…de a ratos me da hasta pena…impotencia…
Pero es tan
cierto como dicen por ahí…
“Para volar no sólo hace falta tener un buen par de alas, también hace falta tener un Cielo”...
“Para volar no sólo hace falta tener un buen par de alas, también hace falta tener un Cielo”...
Y para
tener un Cielo, hay que tener los huevos suficientes como para mirar bien
arriba...
Volar bajo,
vuela cualquiera.
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