Mi
consejo es que te largues…
Sí!...que
te largues!...
A
otro lugar…
A
otro corazón…
A
otros labios…
A
otro país…
A
otra casa…
A
otro trabajo…
Que
te largues, y que te largues lejos…
De
lo que te hace sufrir…
De
lo que huele a viejo…
De
lo que ya no usas…
De
lo que no te hace ruido dentro en mitad de la noche….
Que
te vayas….
De
lo que sobra…
De
lo que no te empuja hacia adelante…
De lo
que no brilla…
De
lo que es rancio y tiene un sabor amargo (como la despedida que se cuela entre los dedos cuando ya no puede avivarse lo que
está muerto)...
Deja
de empeñarte en quedarte donde ya no te quieren, por el ‘tal vez’, el ‘ojalá’, el ‘y si mañana’…
Por
qué?...Porque sí!...
Y
porque no vamos a engañarnos a estas alturas…
Que
nos faltan pelotas y nos sobran motivos para largarnos de “aquí”, de “allí”, del ‘ya veremos’,
del “quizás más adelante”…
Que
no nos alejamos porque no nos queremos y porque estamos hechos de piedra
en lugar de precipicio…
Impregnados
en silencio, en condescencia nuestra y ajena, de conformismo y de pasado…
Y las
risas…
Y el
movimiento…
Y la
vibración para el de al lado, que a nosotros nos pesa demasiado eso de decidir empezar a
vivir la vida...
Te repito…
Que
te compres el pasaje…
Que
dejes el frío y que vivas….
Que
te alejes…de la sombra de tu sombra, de la opinión de la masa, de las preguntas
con veneno y las almas vacías…
Que
busques y que encuentres…
Que
no te vacíes…
Que
si saltas, lo hagas sabiendo que puedes
golpearte...
Porque
si te quedas, si finalmente decides que no te largas y te quedas…
Porque
estás inmóvil esperando sin conciencia y sin supervivencia…
Porque
estás exhausto, quejándote de lo que no te gusta…
Entonces
te mueres…y de ahí, ya no sales…
Y si
de ahí ya no sales, te lo aseguro, entonces te perdiste de vivir la vida…
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