Demasiada batalla tengo contra el tipo del espejo, como para todavía esforzarme a caber en lo que otros esperan de mí...
Este yo que ustedes ven, todavía está repleto de grietas...
Congelado, si quieren por dentro...
Con suciedades...
Con oscuridades que me constituyen y no me avergüenzan...
No me avergüenzo de lo que fui, ni de lo que soy, ni de lo que seré algún día...
Yo no juego a ser santo ni pulcro...
Me permito pagar el precio de la autenticidad...
Aunque esa autenticidad me meta en problemas o defraude a muchos...
Yo no vivo haciéndome pasar por oveja, cuando en mí, aún hay muchos vestigios de lobo...
Y no me digas que en ti no hay...
Porque todos buscan apelar a la santidad...
Acá no hay ningún santo!
El único ser perfecto que yo conozco es Cristo...
Es que yo soy una obra en proceso...
Pero no me escondo...
Me explico?
Soy una obra de arte rota...
Pero rota solo por fuera...
Por eso el que se maquilla las ojeras no puede maquillarse la mirada...
Hay un terror psicológico en ser y una falsa paz en parecer, que ya nadie quiere ser lo que en verdad es...