martes, 11 de febrero de 2025

Me hubiera quedado una eternidad



Pocas veces he puesto a personas en mi futuro deseando que  sean eternas...

Y vos fuiste uno de esos futuros fallidos con el que soñé para siempre...el que pensé que nunca se acabaría...

Eras los ojos que quería ver todas las mañanas de mi vida...

Eras las manos que imaginé me sostendrían para siempre...

Eras la esperanza de morar en un corazón ajeno...

Eras la sonrisa que deseaba contemplar eternamente...


Y aposté mi vida a tu lado...


Pensé que nuestro amor provenía de una fuente inagotable de vida, en la que la eternidad si es cierta, y los amores fugaces son puro cuento...


Pero las olas de tu olvido derribaron mis ilusiones, y el futuro incierto acabó con todo aquello...

Cada ladrillo fue derribado...

Colapsaron los muros que amurallaban nuestros sentimientos...

Y todo ese sentir inmenso pereció entre la monotonía y tus decisiones vacías de mí...


Fuiste el futuro mejor planeado...

La ilusión de querer vivir en ti para siempre...

Ver cómo la muerte acababa con lo nuestro...y posiblemente más allá de eso me permitieras amarte...

Quizás más allá de cerrar nuestros ojos seguiría muriendo por ti y creyendo que si existe el amor eterno...


Fuiste eso que quería fuera de a deveras...

Con lo que uno sueña cuando se es adolescente...las mariposas alborotadas...el dolor en el pecho por perderte...


Para por último aceptar que hay amores que no están destinados...

Que solo no se nació para estar juntos...

Que no hace falta morir para que el amor acabe...

Que no mueres de amor aunque una despedida cale profundamente...


Te hubiera amado para siempre, pero lo que mucho se planea termina no siendo...

Me hubiera quedado a tu lado una eternidad...pero nada es eterno...

Todo cambia...

Todo acaba...



martes, 4 de febrero de 2025

Una mentalidad inquebrantable



Cuando pasas por tu peor momento solo, algo dentro de ti cambia para siempre...

Aprendes que la gente viene y va. 

Que las promesas se rompen. 

Que la ayuda rara vez llega cuando realmente la necesitas. 

Y cuando finalmente sales de ese infierno, te das cuenta de que ya no te importa quién se queda o quién se va. 

Porque entendiste que al final, la única persona que estará contigo en cada batalla, en cada caída, en cada momento oscuro, eres tú mismo.

Descubres que la dependencia emocional es una ilusión y que esperar que otros llenen tus vacíos es una pérdida de tiempo.  

Cuando superas el peor dolor sin nadie a tu lado, te vuelves imparable.

Dejas de rogar por validación, dejas de buscar aceptación y comienzas a enfocarte en lo único que realmente importa: tu crecimiento, tu propósito, tu fortaleza.  

Las personas que merecen estar en tu vida llegarán sin que tengas que pedirles que se queden. Y las que no, simplemente se irán, sin que eso afecte tu camino.  

Así es como se forja un hombre de verdad.

En la soledad, en la lucha, en el fuego de la adversidad...

Y cuando sales de ahí, sales con algo que nadie te puede quitar: una mentalidad inquebrantable.